Anguiano - Monasterio de Nuestra Señora de Valvanera
Anguiano - Monasterio
de Nuestra Señora de Valvanera
Coordenadas: 42.230895,-2.870216
Este monasterio tiene un ancestral origen
altomedieval. La tradición sitúa el origen fundacional del cenobio en el
descubrimiento de la famosa talla de la Virgen que se alberga en su interior.
Este hecho se narra en la "Historia latina", custodiada en el archivo
del monasterio y atribuida a Gonzalo de Berceo, aunque tan sólo se conoce la
copia realizada en 1419 por el abad Domingo Castroviejo.
La historia narrada en este
documento indica como un bandolero llamado Nuño, intenta atacar a un
agricultor, pero al ver su humildad se arrepiente y decide comenzar una vida de
oración en una cueva cercana. Allí se le unió un sacerdote. Entonces se les
apareció un ángel, revelándoles la existencia de una talla de la Virgen junto a
un árbol cercano.
Cuando la vieron construyeron un
altar en su honor, que dio lugar a un pequeño eremitorio, a donde también se
trasladó a vivir la hermana de Nuño, de nombre Coloma. Su ubicación era muy
cercana a la actual ermita, de estilo neoclásico, que se sitúa en los alrededores
del monasterio.
No conocemos con certeza el origen
del cenobio, pues no se dispone, por el momento, del acta fundacional.
Seguramente éste ya existiese desde unos años antes, quizás desde finales del
siglo X. En la "Historia latina" se indica que el primer abad del
monasterio fue un tal Sancho y aporta una referencia cronológica, indicando que
durante ese tiempo el rey de Pamplona García III (995-1004) realizó una
donación al abad y sus monjes. El documento más antiguo es una escritura que
acredita la compra de una viña en el año 1035, que se contiene en el
"Libro Becerro", siendo Nuño el abad en este momento.
En el siglo XI el monasterio vivió
su época de máximo esplendor. A lo largo de esta centuria se sucedieron las
donaciones y los privilegios reales, lo que aumentó las posesiones del
monasterio y multiplicó su área de influencia. Sin embargo, en los últimos años
del siglo parece que comenzó un periodo de decadencia, aunque los monarcas
continuaron otorgándole privilegios.
Se tienen noticias de la construcción de una nueva iglesia, consagrada en 1183 por el obispo de Calahorra y que sustituiría a una anterior. Se sabe que en el año 1111 un incendio provocó graves destrozos, lo que pudo motivar esta nueva construcción, que debería seguir los cánones del románico.
Nada más sabemos de este edificio,
del que nada se ha conservado, pues volvió a sucumbir a las llamas en 1413.
Gracias a la protección de Pedro Manríque de Lara y Mendoza, adelantado mayor
del Reino de León, y la de su hijo, el poeta Diego Gómez Manrique, se construyó
la iglesia actual, que sigue los parámetros del tardogótico.
A finales del siglo XVI se edificó la hospedería, que
tuvo una gran importancia en el siglo XVII debido a los muchos peregrinos que
acudían a venerar a la Virgen. En torno a 1630 se construyó el edificio que se
encuentra adosado a la cabecera de la iglesia, en cuyo interior se encuentra el
camarín que acoge a la talla románica, así como el panteón y la capilla del
Santísimo, que originariamente se concibió como sacristía.
Durante estos años también se hizo un nuevo edificio
monástico, que sustituyó a la construcción medieval. En el año 1782 se
construyó una ermita, de estilo neoclásico, en el lugar en el que la tradición
dice que Nuño y el sacerdote encontraron a la escultura.
El monasterio se vio gravemente perjudicado en el
siglo XIX, debido a un incendio que se produjo durante la guerra de la
Independencia y que arruinó las dependencias monásticas. Durante el Trienio
Liberal la comunidad volvió a ser disuelta y, posteriormente, sufrió la
desamortización de Mendizábal. En 1883 volvió a congregar a una comunidad
benedictina, orden que parece que desde sus inicios rigió a este monasterio, y
se restauró la iglesia, construyéndose las dependencias monásticas actuales,
dado que las anteriores eran prácticamente irrecuperables.
- La iglesia
Debido a estos avatares históricos,
la iglesia del Monasterio de Valvanera tan sólo conserva de su pasado medieval
el edificio que ha llegado hasta la actualidad con su torre que son de finales
del siglo XV.La portada de entrada en el muro meridional tiene cuatro austeras
arquivoltas apuntadas y lisas que no presentan ninguna decoración, y que se
asientan sobre otras tantas columnas, cuyos fustes y capiteles también son
sencillos. Sobre la clave del arco hay una pequeña imagen que puede representar
a san Benito o a san Atanasio de Alejandría, que según la tradición vivió en
este monasterio, y que constituye el único elemento ornamental de la
portada. El interior
es un espacio diáfano, de gran altura. Tiene una única nave con crucero, de
considerables dimensiones, con arcos fajones apuntados donde se aprecian ya
bóvedas complejas estrelladas con terceletes, características del gótico final.
El edificio anexo a la cabecera, construido en el siglo XVII, sustituyó el
ábside medieval. Por un lateral es posible acceder al camarín en el que se
encuentra la talla de la Virgen y que se asoma a la nave central de la iglesia
cobijada por una estructura neorrománica formada por una arquería de cinco
arcos de medio punto sobre columnas, el central de mayor luz. Bajo los arcos
laterales se encuentran las imágenes de cuatro santos que rodean a la talla
románica dos a dos, y que representan a san Pedro, san Pablo, san Benito y san
Atanasio. Por encima del arco central hay un coro de ángeles que tocan
instrumentos de cuerda y de viento, y, sobre los mismos, un precioso relieve de
un Cristo en Majestad rodeado por el Tetramorfos de estética también
neorrománica.
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